Es bastante común que a los adolescentes les cueste levantarse en las mañanas, pero Louisa Ball se demora 10 días en despertar debido a un extraño desorden neurológico. ¿Cómo es la vida de una persona con el Síndrome de Kleine-Levin?Louisa ha dormido mientras pasaban sus vacaciones, el período de exámenes y los cumpleaños de sus amigos.
En 2008, cuando tenía 14 años comenzó a experimentar síntomas parecidos al resfrío. Estaba en su colegio en la ciudad de Sussex, Inglaterra, cuando empezó a cabecear en clases y a comportarse de una manera extraña.
"No sabía lo que estaba haciendo ni lo que estaba diciendo. Todos pensaban que algo no estaba bien", cuenta Louisa.
"Estaba alucinando y después de eso ya no recuerdo nada. En un instante me fui a negro y dormí por 10 días. Desperté, y me sentía bien otra vez".
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