La Federación de Taxistas del estado de Nueva York empezó a distribuir esta semana chalecos antibalas entre algunos de sus conductores debido al alto número de agresiones de que éstos son objeto, informaron ayer medios locales. Se trata de la puesta en marcha de una medida anunciada ya en diciembre y que tiene por objetivo proteger a los conductores de vehículos que operan legalmente ciertas compañías en la ciudad de Nueva York y en todo el estado, pero que no operan dentro de la flota de los conocidos taxis amarillos de la Gran Manzana.
Los conductores de esos vehículos, habitualmente de color negro y que ofrecen tarifas cerradas a los pasajeros, han sido objeto en los últimos tiempos de un gran número de agresiones, ya que suelen prestarse a viajar a zonas de la ciudad con altos índices de criminalidad, fuera de Manhattan, y donde los taxis amarillos en ocasiones se niegan a llegar.
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